Auxiliar a la población civil en casos de desastre es quizá la misión orgánica del Ejército Mexicano que mayor cercanía y reconocimiento genera entre los mexicanos y sus Fuerzas Armadas, labor que quedó formalizada en 1965 con la creación del Plan DN-III-E, puesto en práctica por primera vez en 1966 y que el próximo año celebrará su 60 aniversario.