112 aniversario de la Marcha de la Lealtad
La “Lealtad obliga a ser íntegros, honestos, honorables y valientes”, tales valores, cohesionados, se convierten en nacionalismo, expresó el Alto Mando del Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional.
Se escuchó el toque de atención militar en el Castillo de Chapultepec, anunciaba la ceremonia a la que asistió por primera vez la Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, flanqueda por los secretarios de Defensa y de la Marina-Armada de México, quien al llegar al Alcázar del castillo de Chapultepec, la custodiaba una columna de cadetes del Heroico Colegio Militar, tal y como ocurrió con su antecesor Francisco I. Madero, hace 112 años, hecho militar que inmortalizó la Marcha de la Lealtad.
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, desde el presídium, pasó Lista de Honor a los héroes de las gestas heroicas de 1847 y 1914 del Heroico Colegio Militar.
Teniente Juan de la Barrera, exclamó la Comandanta Suprema. ¡Murió por la patria!, se escuchó tras la mención del nombre de cada héroe.
Soberanía innegociable
Engalanado con su tocado de cuatro estrellas, el General Secretario Ricardo Trevilla Trejo, rememoró los hechos acontecidos en el histórico evento Marcha de la Lealtad. Dijo a la Presidenta de México:
“Es un orgullo que sea nuestra Comandanta Suprema, no solo por ser la primera mujer en ocupar este cargo, sino por su valentía, sensatez y amplio nacionalismo”.
Comprendemos la trascendencia que vive nuestro país, por ello, las “instituciones armadas ponemos a disposición de las y los mexicanos nuestra gran lealtad para contribuir en la seguridad y en el desarrollo nacional. Así ha sido y así será siempre”.
En ese momento, el sol iluminaba los rostros de los jóvenes cadetes de las fuerzas armadas, cuyas mejillas expresaban calidez, y sin duda un sentimiento de orgullo y patriotismo.
Entonces, el Alto Mando expresó: “la historia nos ha enseñado que la lealtad hacia la nación, no solo atañe a los militares, se encuentra arraigada en cada mexicana y mexicano que aspira a heredar un país a las generaciones futuras”.
A quienes la profesan, les recordó con voz firme: “la lealtad obliga, a ser íntegros, honestos, honorables y valientes”, y que estos valores, cohesionados, se convierten en nacionalismo, con el cual los miembros del Ejército cumplen los objetivos nacionales.
Anhelo que une a las instituciones, a la sociedad y a sus Fuerzas Armadas, para cumplir la misión de “Defender la integridad, independencia y soberanía de la nación, porque estamos conscientes que como lo ha señalado nuestra Comandanta Suprema, es una visión compartida por la sociedad misma: Nuestra soberanía, ¡no es negociable!”, reiteró el General Trevilla Trejo.
En memoria de los defensores de la legalidad
Esa afirmación generó un fervoroso aplauso de los presentes, quienes guardaron silencio al detectar los pasos de las cadetes Laura Citlali Miranda García y Jorge Desiderio Mota Interiano, quienes frente a la Comandanta Suprema recitaron la poesía Entre leales:
“Aún siendo solo unos niños, al igual que otros seis, entre susurros acordamos que a nuestra patria, lealtad debíamos demostrar”, pronunció Miranda García, recordando a los cadetes que brindaron protección al presidente Francisco I. Madero, rumbo a Palacio Nacional.
“Y al ver reflejado en los ojos de sus cadetes un palpitante legado de lealtad, aquel hombre montó su caballo, las multitudes de la ciudad se unían a su lado, y abriéndole paso, los más leales soldados”, exclamó orgulloso Mota Interiano, respecto a la hazaña de sus antecesores.
“¡Defensores eternos de la legalidad!”, concluyeron los aguiluchos con el orgullo y lealtad a flor de piel; última estrofa que dio paso a la entonación del Himno del Heroico Colegio Militar, el que entonaron discentes, civiles y militares presentes, con fervor.
Estruendo de cadetes femeninas
Al cierre de la ceremonia, una compañía de cadetes femeninos tomó posición al frente de su Comandanta Suprema, a quien miraron con admiración, desenfundaron su fusil, quitaron el seguro y ejecutaron con sincronía una salva de fusilería, cual estruendo reafirmó la presencia de las mujeres en el Ejército Mexicano y en el Heroico Colegio Militar.