Entrevista con el Teniente Andrés García Lázaro historiador de la Dirección General de Comunicación Social de la Defensa
“México tuvo que perder la mitad de su territorio, para que el sentimiento de mexicanidad empezara a surgir en los estados y entre los ciudadanos”.
El escudo, bandera e himno nacionales, además de servir como representaciones gráficas del país, simbolizan la unión de la sociedad y su pasado histórico. Sin embargo, la empatía de estos símbolos por la sociedad, fue un proceso largo que se remonta al gobierno de Agustín de Iturbide, pero que terminó de consolidarse hasta el gobierno de Díaz Ordaz, a mediados del siglo XX.
De acuerdo con el teniente Andrés García Lázaro, historiador de la Dirección General de Comunicación Social de la Secretaría de Defensa (Sedena), durante los primeros años del México Independiente, el espíritu nacionalista era casi inexistente, debido a la mezcla de castas y a la pérdida de sentido de pertenencia a la Nueva España.
“Un ejemplo que le costó caro a México fue cuando en 1841 Yucatán se declaró como estado independiente. Manifestó su deseo de unirse al territorio de Estados Unidos de América, lo cual no se concretó”.
Un hecho similar sucedió en 1847, cuando el gobierno de Antonio López de Santa Anna pidió ayuda a los estados de la República, con la finalidad de enfrentar a los invasores estadounidenses, llamado al que no todos respondieron. Culminó con la pérdida de los estados de Texas, Nuevo México, Alta California, Arizona, Nevada, Utah, Colorado y Wyoming.
“Lamentablemente, México tuvo que perder la mitad de su territorio, para que el sentimiento de mexicanidad empezara a surgir dentro de sus ciudadanos. Durante la segunda intervención francesa, los mexicanos dijeron: si no nos unimos, nos volverá a pasar lo de hace 20 años. Hasta entonces, el nacionalismo comenzó a consolidarse, el cual se manifestó por primera vez en la lucha contra Maximiliano de Habsburgo”.
Crear mexicanidad, un proceso lento
El historiador explicó que desde la perspectiva psicológica, la guerra contra el imperio consistió, para muchos mexicanos, en la primera lucha por la independencia del país. Si bien los Estados-Nación surgieron a partir de la Revolución Francesa, la consolidación de los símbolos patrios fue un largo proceso que se logró hasta el siglo XX, en México.
“En 1913 hay un ejemplo perfecto con la Marcha de la Lealtad. En la foto de Madero rodeado por los Cadetes del Colegio Militar, la bandera no tiene escudo. Esto sugiere lo lento que fue en México la creación del sentimiento de mexicanidad”.
Bandera Trigarante, primer símbolo patrio
Con relación al origen de la bandera nacional, el historiador García Lázaro explicó que los estandartes de la conquista y de la Virgen de la Guadalupe, entre otros, no son considerados antecedentes de la bandera, pues simbolizan un culto religioso, por lo que la primera bandera patria es la del Ejército Trigarante.
“La bandera Trigarante de Agustín de Iturbide unió por primera vez a criollos e Insurgentes, de ahí la importancia de las Tres Garantías y el significado de los tres colores. El blanco hacía referencia a la pureza de la religión, el verde a la independencia de México y el rojo a la sangre de los héroes. Es decir, significaba que ya no existían castas”.
Previo al gobierno de Porfirio Diaz, el país carecía de caminos que permitieran a los mexicanos comunicarse entre ellos, pero que, con la construcción de los 25,000 kilómetros de vías férreas, la economía mexicana pasó de la autosuficiencia al mercado interno, lo que contribuyó a incentivar la unión de los mexicanos.
“Cuando Juárez separó a la iglesia del Estado, cambió el significado a los colores patrios. El verde significó la esperanza, el blanco la unión y el rojo la sangre que derramaron nuestros héroes en la consolidación de México. Desde entonces, la bandera, ya sea con los valores de Iturbide o los juaristas, sí representan la unión de los mexicanos”.
Ejército Mexicano, vocación por la patria
Respecto al papel del Ejército Mexicano como ejemplo de patriotismo y nacionalismo, el teniente Andrés García Lázaro señaló que en la doctrina militar el valor más importante es la lealtad. Por ello el Ejército siempre ha sido fiel al gobierno en turno, por lo que a través de la historia la institución castrense ha sido liberal o conservadora.
“La lealtad siempre ha sido al régimen, representado por el mando supremo. Ejemplo de ello es el Colegio Militar. Cuando sus miembros tuvieron la oportunidad de participar en la usurpación del poder a Madero, mantuvieron su lealtad a la institución presidencial, porque su cúmulo de valores los obligan a ser leales”.
En suma, la lealtad se funde en el ADN de un militar a través de la vocación, aseguró el historiador. Precisó: “La lealtad de los militares se respalda en su amor a la patria, porque un militar entiende el significado y el peso de la bandera de México, así como lo que se ha hecho para consolidar a las instituciones que se encuentran el día de hoy”, sentimiento que los militares manifiestan en actos cívicos, de acercamiento a la población o de ayuda humanitaria en el Plan DN-III-E.
Se debe “tener vocación, porque si no la tienes, haces tu trabajo sin amor. Sostuvo que la labor en el Ejército no se puede considerar un trabajo más. El personal militar necesita el convencimiento de que su labor es por un bien superior a él”.
El Ejército, dijo, se manifiesta mediante una vocación humanista, con la que participa en misiones de paz y de auxilio a la población civil en casos de desastre incluso en lo internacional, únicamente por el deseo de ayudar al prójimo.
¿Cómo enamorarse de los símbolos patrios?
El historiador aseguró que “los símbolos patrios fueron pensados para generar emoción, devoción por la nación, y el que cumple mejor este objetivo es el himno nacional”.
La repetición es la mejor forma de hacer propios los símbolos patrios y el amor por México, aseveró.
“Tal vez suene como un modelo pedagógico arcaico, pasado de moda, pero se aprende mejor mediante la repetición constante”. Dio un ejemplo: en los batallones se suele gritar un valor a la hora de la lista. “Si lo repites a diario y estás convencido de lo que haces, se convierte en parte de ti”.
Aseguró que la Secretaría de Educación Pública es la que difunde el amor a la patria en los ciudadanos, a través de los actos cívicos en las escuelas inculca los valores de pertenencia y de identificación con los símbolos patrios.
El teniente García Lázaro, al referirse al valor Espíritu de cuerpo de las fuerzas armadas, dijo que éste se construye cuando los elementos trabajan por mucho tiempo juntos, gozan, padecen, y finalmente se apoyan mutuamente con el fin de alcanzar el triunfo mayor:
“Para identificarse con México, hace falta conocerlo, padecerlo y gozarlo. Así es como los soldados logran la solidaridad en su día a día, los ciudadanos pueden lograr la unión y alcanzar el éxito para todos”.