Armas – Revista Militar

MÁS DE 45 MIL PERSONAS CORREN JUNTO AL EJÉRCITO Y GN EN CARRERA “LA GRAN FUERZA DE MÉXICO”

Desde antes de que el sol saliera en el Campo Militar No. 1-A se respiraba un ambiente especial, 45 mil 900 asistentes se dieron cita este 19 de octubre, acompañados por niños pequeños y mascotas para participar en las carreras de 5 y 10 kilómetros, junto a personal del Ejército Mexicano y Guardia Nacional.

A medida que la explanada se llenaba, también lo hacía el ambiente de camaradería. Las risas se mezclaban con los saludos, fotos improvisadas y estiramientos previos al arranque.

EJÉRCITO SOLIDARIO CON LAS CAUSAS SOCIALES

En la ceremonia conmemorativa al evento, el General de División Francisco Jesús Leana Ojeda, Comandante del Ejército Mexicano destacó el valor del deporte, así como del compromiso del Ejército con las causas sociales y con la población civil.

Envió un mensaje de solidaridad a las familias mexicanas afectadas por las recientes inundaciones:

“Las Fuerzas Armadas de tierra y aire, nos solidarizamos con todas las familias mexicanas que lamentablemente sufrieron grandes pérdidas por las inundaciones que afectaron diversas entidades del país; desde este campo militar les decimos que no están solas, cuentan con el apoyo y el respaldo de sus soldados, pilotos y guardias nacionales; en esta carrera deportiva centraremos nuestro esfuerzo y nuestro pensamiento en todas estas familias”.

UNA SALIDA CON INCLUSIÓN

La carrera arrancó con una muestra de inclusión: las personas en silla de ruedas fueron las primeras en salir, quienes recibieron aplausos y porras de los asistentes.

Algunos uniformados decidieron hacerlo en ropa deportiva, otros con camisetas que mostraban el orgullo de pertenecer a sus unidades. Algunos corrían en grupo, alentándose mutuamente, y no faltaron aquellos que, al cruzar la meta, levantaron los brazos como símbolo de logro compartido.

Ver a los elementos de las Fuerzas Armadas mezclados con los corredores civiles fue una escena conmovedora, todos corriendo con el mismo objetivo: superarse a sí mismos y celebrar la vida.

RISAS, ESFUERZO Y LOGROS PERSONALES EN CADA PASO

Durante el recorrido, el sol comenzó a calentar poco a poco, y con él también crecía el esfuerzo. Pero ni el sudor ni el cansancio lograron borrar las sonrisas. En cada kilómetro se escuchaban frases de aliento, bromas entre amigos, padres que animaban a sus hijos, soldados que acompañaban a colegas rezagados con palabras de motivación.

Se vivieron momentos entrañables: adultos mayores corriendo con paso firme, jóvenes ayudando a quien se detenía a tomar aire, niños que aplaudían desde las orillas, y mascotas que corrían con la lengua de fuera, como si también entendieran que aquel día era especial.

Al llegar a la meta, los rostros decían más que cualquier número: había orgullo, satisfacción, y sobre todo, felicidad genuina. Algunos se abrazaron, otros se tomaron selfies con la medalla en el cuello, mientras que los pequeños miraban con asombro los uniformes y vehículos militares de la exposición estática.