Armas – Revista Militar

MOMENTO DE INFLEXIÓN

Por: Julio A. Millán Bojalil, Economista y Empresario, Presidente del Consejo Editorial de la Revista Armas, Profesor del Colegio de Defensa Nacional, Expresidente de los Comités Bilaterales Empresariales con República Popular China, Japón, Corea del Sur, Hong Kong y Miembro de APEC.

El cambio de gobierno federal es histórico. Esencialmente por lo que representa la elección de la primera Presidenta en la historia de México, también porque ahora hay una Jefa Suprema de nuestras Fuerzas Armadas, lo que representa el inicio formal de una era inédita, que conlleva una oportunidad de evolución institucional, que debe aprovecharse para afianzar los nuevos lineamientos y compromisos que afrontarán el Ejército Mexicano, la Armada de México y la Guardia Nacional, en estos nuevos paradigmas, que se formarán.

Se trata de evaluar, depurar, redefinir, corregir y redistribuir acciones y esfuerzos ante el cúmulo de actividades inéditas que han desempeñado en los últimos años, los distintos cuerpos castrenses. Están, por supuesto, el resguardo de la integridad territorial, el auxilio a la población ante situaciones de riesgo, pero ahora con mayor notoriedad el hecho de participar en diversas tareas de seguridad interna e inhibición de la violencia y la presencia activa en tareas civiles de gran envergadura (ejemplo: transporte, infraestructura y otros).

Mandato y responsabilidades diversificadas

El mandato y las responsabilidades se han diversificado. En ese mismo sentido, se deben apreciar desde una óptica diferente, aquellas otras especialidades donde el Ejército y la Armada han incursionado. Esto implica la gestión de conocimientos y experiencias acumulados (es decir, inteligencia y capacitación), establecer medidas de control y supervisión operativas en las distintas estrategias a implementar, de la misma forma que auditorías y mecanismos de información y rendición de cuentas (transparencia presupuestal sobre todo).

Quizá sea momento de abrir y enriquecer lo que compete a la teoría, educación y valores militares y abonar en lo que genera confianza ciudadana, motivado por la unidad dentro de las Fuerzas Armadas.

Confianza y seguridad, decisivos en el desarrollo

La confianza y la credibilidad en la función pública son factores decisivos en el desarrollo de nuestro país. Sin estas condicionantes no solo hay consecuencias económicas considerablemente negativas, sino que además se atizan y propician los conflictos sociales y, por ende, la Seguridad Nacional se ve amenazada constantemente, considerando además la persistencia de factores de alto impacto como el crimen organizado, el narcotráfico, la migración ilegal o la corrupción, entre otros.

Es evidente que las Fuerzas Armadas desarrollan más vínculos con la vida civil, ello supone un renovado compromiso nacional y una serie de obligaciones que exigen responsabilidad y rectitud, a tono con la conformación y naturaleza misma de la formación castrense. Velar y resguardar la paz social, la seguridad nacional y pública, la legalidad y las condiciones para el crecimiento sostenido es una ardua batalla cotidiana que no debe, bajo ninguna circunstancia, soslayar el respeto a los derechos humanos, las libertades, la libre competencia, el equilibrio y los contrapesos institucionales, la separación y autonomía de los distintos poderes públicos y la necesidad de atender los “CONSENSOS”.

Entender lo que ocurre allende fronteras

Ahora bien, para las Fuerzas Armadas es indispensable conocer y comprender a cabalidad lo que ocurre fuera de México, porque invariablemente tanto el hecho de tomar el pulso del acontecer más allá de nuestras fronteras, como calibrar la situación geopolítica del país, son indispensables para las nuevas estrategias de seguridad. Los conflictos armados vigentes (al Este de Europa, Ucrania y Rusia; en Medio Oriente, Israel, Líbano o Irán), las disputas comerciales de gran calado (EU, China), el reacomodo de los polos políticos de poder mundial (Europa y la OTAN, Australia, los influyentes países árabes), el papel de las grandes compañías tecnológicas, los flujos migratorios de América Latina y de África o los avatares del comercio mundial libre, pueden tener repercusión local o regional, para lo cual debemos estar preparados.

Afianzar pertenencia a América del Norte

Vale considerar que alrededor de 70 países en el mundo han tenido o celebrarán elecciones de algún tipo en este año, pero sobre todo que el cambio presidencial en México coincide con el de los Estados Unidos, en cuya carrera presidencial compiten dos alternativas dos visiones del mundo contrapuestas que invariablemente tendrán un impacto en la relación bilateral, además, en 2025 hay elecciones en Canadá.

Es importante no perder de vista que, por primera vez en la historia, dos ejércitos vecinos de Norteamérica, uno de ellos el más poderoso del orbe, podrían quedar al mando de dos presidentas (Kamala Harris y Claudia Sheinbaum). Esta circunstancia, así como sucesos trilaterales de gran impacto regional,

como la inminente revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), incluso la realización de la próxima Copa Mundial de Fútbol, ambos en 2026, constituyen oportunidades únicas para afianzar nuestra pertenencia a América del Norte e impulsar la relación y el intercambio económico, político, cultural, educativo, y por supuesto de seguridad compartida, con nuestros socios comerciales.

¿Cómo será y se definirá la jerarquía de los compromisos del Ejército Mexicano convencionales y agregados dentro de este ciclo que apenas comienza? ¿Cómo deben evolucionar, por ejemplo, la Guardia Nacional, la seguridad interna y la integración regional en materia de combate al crimen?

¿Qué debe cambiar en el tratamiento de las fronteras y la cuestión migratoria? ¿Qué tipo de coordinación es necesaria e indispensable con agencias y/o cuerpos de seguridad extranjeros? ¿Qué papel debe jugar la inteligencia artificial regulada en estos ámbitos?

Aprovechar ventajas competitivas

México no puede darse el lujo de desaprovechar sus ventajas competitivas. Entre ellas su situación soberana (en términos políticos y geográficos) y de apertura ante el mundo, menos aún sus Fuerzas Armadas no pueden desconocer o eludir los múltiples riesgos presentes o las tendencias sociales y económicas, ni dejar de anticipar lo que propiciarán los nuevos paradigmas a los que nos enfrentamos. Buena parte del reto es la adaptación y la administración de esfuerzos ante la multiplicación de escenarios y tareas. ¿Hasta dónde amerita una actualización de fondo el régimen militar vigente?

Las adversidades no cancelan oportunidades ni futuros; siempre y cuando los PILARES INSTITUCIONALES DE LA PATRIA no clausuren los caminos hacia la paz, la gobernabilidad y el desarrollo.