El servicio siempre ha sido el alma de las Fuerzas Armadas. Pero en el siglo XXI, servir ya no se reduce al cumplimiento mecánico; ahora incorpora la comprensión e impacto de cada acto y decisión que sostiene a otro ser humano.
El servicio siempre ha sido el alma de las Fuerzas Armadas. Pero en el siglo XXI, servir ya no se reduce al cumplimiento mecánico; ahora incorpora la comprensión e impacto de cada acto y decisión que sostiene a otro ser humano.
Las Fuerzas Armadas son un pilar fundamental del Estado mexicano, su historia es un reflejo de la evolución del país, y la Secretaría de la Defensa Nacional (DEFENSA) ha sabido adaptarse al expandir sus misiones para responder a los objetivos nacionales. Desde enfrentarse a desastres naturales ―a partir del fatídico desbordamiento del Río Pánuco en 1966 y convertirse en la mayor institución de protección civil en el país―, hasta coordinar campañas masivas de vacunación en la reciente pandemia; su capacidad de adaptación es innegable.
A seis años de la revista de entrada de la Guardia Nacional (GN), la institución “se encuentra al 74.8% de su consolidación, considerando aspectos clave como infraestructura, personal, parque vehicular y flota aérea, así como equipamiento requerido para el cumplimiento de sus funciones”, aseguró el General de Brigada E.M. Jesús Gabriel López Gutiérrez, Jefe de Planeación Administrativa y Logística.
Desde 2024, la Guardia Nacional ha mantenido una presencia constante en la zona arqueológica de Monte Albán, ubicada en el municipio de Santa Cruz Xoxocotlán en el estado de Oaxaca a través de 120 elementos especializados.
En 2025, la Feria Aeroespacial México (FAMEX) registró 2 mil 514 encuentros de negocios B2B y 255 mil asistentes, lo que representó un crecimiento de 696.88% respecto a la edición inaugural en 2015 — la cual contó con poco más de 32 mil visitantes—, multiplicando su impacto más de ocho veces en una década.
De los 272 mil 721 efectivos, 12 mil 367 son nativos de pueblos originarios.