No todos los enemigos se presentan con rostro, uniforme o bandera. Algunos operan desde dentro, camuflados entre pensamientos cotidianos, rutinas aparentemente inofensivas y decisiones postergadas.
No todos los enemigos se presentan con rostro, uniforme o bandera. Algunos operan desde dentro, camuflados entre pensamientos cotidianos, rutinas aparentemente inofensivas y decisiones postergadas.