Armas – Revista Militar

Día: 28 enero, 2022

La Fuerza Aérea Mexicana (FAM), es una de las dos fuerzas armadas que integran la Secretaría de la Defensa Nacional, tiene como objetivo defender la integridad, la independencia y la soberanía de México; garantizar la seguridad interior; auxiliar a la población en caso de necesidades públicas; realizar acciones cívicas y obras sociales, que tiendan al progreso del país; y en casos de desastre, prestar ayuda para el mantenimiento del orden, el auxilio de las personas y de sus bienes, y la reconstrucción de las zonas afectadas.

El 2022, se inaugura en un entorno de alta incertidumbre para la seguridad mundial. Tras dos años de pandemia por COVID-19, las consecuencias económicas y sociales continúan representando un problema crítico para el mundo. En materia económica, el aumento de los precios de las materias primas, la inflación, el desempleo, desajustes monetarios, intervencionismo cibernético, las amenazas de conflictos bélicos, incluyendo la deuda más alta que ha generado el sistema financiero mundial, son serias complicaciones para facilitar una pronta recuperación. A esto se deben sumar otros procesos, como los desequilibrios del mercado laboral, el proteccionismo y la ampliación de las brechas digitales, educativas y de habilidades que podrían dividir al mundo.

El gobierno federal prepara una iniciativa de reforma constitucional para dar a la Guardia Nacional (GN) un perfil institucionalizado y duradero y evitar así el deterioro que tuvo en el pasado la Policía Federal. El Comandante Supremo ha establecido que la idea que alienta esta nueva reforma es que la GN debe integrarse a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). El esfuerzo por construir cuarteles e integrar un cuerpo de 100 mil efectivos es la apuesta más seria que el Estado Mexicano tiene para enfrentar la grave crisis de inseguridad pública que se vive en el país.

¿Cuándo inició este problema? Hay varias fechas que podrían ser el antecedente: 1991, cuando Ucrania se convierte en un estado independiente; o en el 2010, cuando Víctor Yanukovich ganó las elecciones presidenciales con la promesa de un mayor acercamiento con la Unión Europea y a pesar de haber firmado el acuerdo no fue ratificado y prefirió recibir apoyo económico de Rusia, lo que ocasionó el descontento de la población ucraniana y su salida del país en febrero del 2014, dejando la presidencia.