La paz es siempre una aspiración humana, sin embargo son los seres humanos los inventores de la violencia, que no existe en la naturaleza, como no existe la perversión, la mentira o la ambición desmedida, causas fundamentales de los conflictos que asolan el planeta desde el principio de la historia y que ahora, con la sofisticación de la tecnología, presentan perfiles aterradores, empezando por la banalización del concepto paz, que se vincula a grupos más o menos esotéricos, a discursos institucionales que nadie oye o a declaraciones frívolas de quien pide “la paz en el mundo” mientras le ponen una banda en un concurso de belleza.