Los servicios y los programas de salud de un país influyen en los niveles de salud de su población. Igual en la recuperación de la persona cuando hay una enfermedad, que en el fomento de la salud, el control de los riesgos y la prevención de las enfermedades. Por ello, cuando se da una relación adecuada entre buenos programas públicos del Estado y estilos de vida saludables de la población, mejora sustancialmente la salud de la colectividad. Por ello, las inversiones públicas en la salud son rentables y tienen retornos sociales valiosos.